En la vida hay decisiones y decisiones, unas inconscientes, otras conscientes, unas trascendentes, otras intrascendentes, pero todas están dandole forma a tu experiencia de vida.
Así que si no estás feliz con las experiencias que estás viviendo quizás sea hora de reconocer que hay decisiones y decisiones, y comenzar a cambiar la forma en la que tomas las tuyas.
Las estadísticas dicen que tomamos unas 35.000 decisiones al día y que de ellas sólo el 0,26% (unas 90) son conscientes.
Hay muchos tipos de decisiones: programadas o automáticas, imprevistas, racionales, emocionales, intuitivas, estratégicas, operativas, individuales, grupales, etc.
¿Qué es decidir?
Según la RAE, decidir es:
- Formar el propósito de hacer algo.
- Determinar el resultado de algo.
- Hacer una elección tras reflexionar sobre ella.
Y decisión es: Determinación, resolución que se toma o se da en una cosa dudosa
Pero, ¿Cuántas veces tomamos decisiones, sin tener claro el propósito de lo que vamos a hacer, el resultado que esperamos, o sin haber reflexionado sobre las opciones y las consecuencias de nuestra decisión? Y más aún, ¿Cuántas veces tomamos una decisión, pero luego no tomamos acción? Para que haya un efecto, destrás de una decisión debe haber acción.
Como ya dije, hay decisiones y decisiones y por supuesto, cada decisión tiene un resultado, este a veces es agradable y exitoso, y otras desagradable y doloroso. Los primeros nos confirman que hemos tomado la mejor decisión y reafirman nuestra autoestima, mientras que los segundos nos dejan cicatrices y lecciones que pueden ayudarnos a crecer.
¿Désde dónde tomas las decisiones?
Aunque en teoría tomamos muchas decisiones de forma racional, luego de un proceso de análisis, la verdad es que tomamos las decisiones buscando acercarnos al placer o alejarnos del dolor y ese componente emocional es muy importante en el proceso, porque las emociones no siempre son buenas consejeras.
De hecho, hay algunas que son las peores consejeras que podemos tener, una de ellas es el miedo, a equivocarnos, al que dirán, a tener éxito; y la otra, la rabia o enojo. En ambos casos tomamos decisiones desde lugares que nos desempoderan, nos impiden ver con claridad el resultado que deseamos o las opciones que tenemos ante nosotros.
Algo que surgió en una plática reciente con un grupo de mujeres fue que muchas decisiones, sobretodo las que tienen que ver con nuestros hijos se toman desde el amor y que las decisiones tomadas desde el amor, nos ayudan a crecer, a evolucionar.
Tus mejores y peores decisiones
Ahora te invito a que hagas una reflexión y te preguntes:
- ¿Cuál ha sido tu mejor decisión? ¿Désde dónde la tomaste?
- ¿Cuál ha sido tu peor decisión? ¿Désde dónde a tomaste?
Y que uses esas experiencias como base para comenzar a cambiar la forma en que tomas tus decisiones, recuerdes que hay decisiones y decisiones, y tomes las tuyas de forma más consciente.
Como tomar mejores decisiones
En mi opinión, para tomar mejores decisiones es importante:
- Tener claridad en el resultado que se desea obtener a corto y largo plazo.
- Conectar emocionalmente con la experiencia de vivir esos resultados.
- Evaluar las opciones que tienes con sus pros y contras.
- Preguntarte si la decisión te acerca a o te aleja de los resultados que quieres.
- Preguntarte si la decisión te da paz interior.
Espero que estos tips te apoyen a comenzar a tomar decisiones más conscientes y recuerda que no decidir es también una decisión.
Si quieres inspiración para seguir ahondando en el tema de las decisiones y su impacto en tu vida, puedes leer Y Decidí… Una historia de amor, perseverancia y transformación, en el que comparto mi experiencia con la toma de decisiones desde distintos puntos y algunas de las herramientas que me permitieron ir de sentirme atrapada a sentirme empoderada y plena.